Cuando mis padres compraron el terreno en Puerto
Varas, donde ya hace décadas opera La Casa de los Gansos, la pequeña laguna
existente fue un gran punto a favor de la compra. No solo su belleza, pero lo
indispensable que el agua es para la crianza y bienestar de los gansos.
La lagunita, en una depresión del terreno en el bajo
de la propiedad, se llena con aguas de lluvia.
Durante los primeros 10 años, cada verano, el nivel del agua bajaba
notablemente debido a evaporación natural, pero no se secaba. Esto permitía
tener peces y una población de aves silvestres que agraciaba este rincón todo
el año. Pero desde ya hace más de una década, la laguna se ha estado secando
completamente al final de la temporada de verano. Dos causas se han sumado para este efecto: veranos
más secos (cambio climático?) y el mismo
trajín de los gansos ha hecho que la laguna se expanda en superficie,
perdiendo profundidad en el proceso. Ambos motivos nos han hecho ver nuestra
bella laguna convertirse primero en un barrial y luego quedar completamente
seca, ya al final de Febrero y a veces antes.
Desde que me hice cargo de la propiedad, muchas veces pensé
como solucionar el problema de alguna forma inteligente. Temía que al recavar
la laguna, se podría romper el sello natural y se perdería el agua aún más rápido.
Aprendí primero un poco de geología. Existe
una capa geológica llamada coloquialmente “fierrillo” que corresponde a ceniza
y piedra volcánica de alto contenido de fierro.
Esta capa se ha conglomerado y en ese proceso ha perdido su permeabilidad.
Es decir, es un tapón y el sello que había que buscar en la laguna. Si alguien quien lea esta entrada es geólogo,
me encantaría si hicieran comentarios más informados.
Aprovechando que tuve que hacer una gran reparación a
los drenajes del foso séptico (si, no tenemos agua de Puerto Varas) y que para
ello ya había pagado el transporte de una retroexcavadora a la propiedad, decidí
explorar la posibilidad de ahondar la laguna.
Primero había que ver a que profundidad estaba esta
capa. En la excavación en la ladera del cerro, esta apareció aproximadamente a
un metro y medio de profundidad. Esto me dio el coraje de embarcarme en la
aventura y poner los pesos para unas 20 horas de máquina.
El trabajo tomo dos días. Se encontraron algunas
enormes piedras y troncos al excavar. Cabe recordar que nuestro lago Llanquihue
fue formado por glaciares y que su borde está constituido por muchas morenas,
es decir, gran cantidad de piedras que fueron arrastradas hacia el borde cuando
el glaciar todavía avanzaba hacia el oeste. Al terminar la última edad glacial
y retroceder los hielos, estas piedras quedaron ahí. Algunas pudimos mover,
otra enorme, quedo al medio no más.
La laguna fue excavada un promedio de metro y medio
alrededor. No pasaron más de unos días cuando al haber un pequeño chubasco, se empezó
a llenar un rincón con agua. Los gansos, tan lindos, subieron y bajaron la pendiente
de la excavación e inmediatamente, empezaron a disfrutar del poquito de agua
que se había acumulado.
Ahora en Julio, tras un lluvioso invierno al que le falta mucho por
terminar, la laguna se ha llenado completamente. Moisés hasta tuvo que hacerle
un drenaje!
MI
esperanza es que este volumen de agua, no se evapore completamente durante el
verano, y podamos tener agua en la laguna todo el año.
Y si así
sucede, como me consigo caiquenes y/o cisnes de cuello negro?
Finalmente, un video que ya puse en FB del trabajo de la maquina y fotos del resultado.